Cuando una mujer rompe aguas antes de tiempo, se debería inducir el parto
Lo más importante es evitar la infección, tanto del feto como de la madre
Durante mucho tiempo hubo controversia en la comunidad médica sobre qué
hacer cuando una mujer rompe aguas antes de tiempo. Algunos abogaban por
inducir el parto mientras que otros señalaban que era mejor esperar y
vigilar a la embarazada hasta que el bebé quisiera salir de forma
natural. Hoy en día, para evitar complicaciones, los protocolos médicos
recomiendan la primera opción.
"Salvo en caso de prematuridad importante del feto, no se recomienda
demorar el parto más de 24 horas. El hecho de dejar una bolsa rota, con
líquido saliendo, no es nada recomendable", explica a ELMUNDO.es María
Jesús Cancelo, ginecóloga del hospital Universitario de Guadalajara y
vicepresidenta de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
(SEGO).
Generalmente, el hecho de que una mujer rompa aguas -como se conoce
coloquialmente a la rotura de membranas llenas de líquido que contienen
al feto- marca el inicio del parto. Pero en aproximadamente un 8% de las
gestantes este momento llega antes de tiempo, antes de que se esté a
punto para parir. Es entonces cuando entran en juego los nervios de los
padres y la actuación decisiva de los médicos.
"Si no se actúa y se deja el líquido suelto se corre el riesgo de que se
produzca una amnionitis, una infección que afectaría sobre todo al feto
pero que también puede perjudicar a la madre. Por eso, lo más apropiado
es provocar el parto mediante distintos fármacos si éste no se produce
por sí solo entre las 12 y las 24 horas posteriores a la rotura", indica
Cancelo. Al abrirse el saco que guarda al bebé, las bacterias del
tracto genital pueden entrar y poner en peligro la salud de madre e
hijo, entre otras cosas.
Aunque es algo relativamente frecuente, lo cierto es que se desconocen
las causas por las que esta membrana se puede romper de forma prematura.
"Hay muchos factores que pueden predisponer a ello, pero casi nunca se
da con la causa exacta", admite María Teresa Villar, presidenta de la
Asociación de Matronas de Madrid. Eso sí, si ocurre una vez aumentan las
posibilidades de que vuelva a suceder.
El estudio de las 5.000 mujeres
Para acabar con la controversia que reinaba entre los galenos sobre cuál
era la mejor opción para la mujer, Aaron B. Caughey, jefe de
Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón
(Portland), llevó a cabo una gran investigación durante tres años en la
que participaron 5.000 mujeres que rompieron aguas prematuramente. A
2.500 de ellas les indujeron el parto de forma casi inmediata mientras
que la otra mitad fue monitorizada y el parto se produjo de forma
espontánea o se indujo a los cuatro días.
El trabajo, que se publicó en la revista 'New England Journal of
Medicine' en 1996, mostró que las madres corrían menos riesgo de
infección si se les inducía pronto el parto y que los neonatos también
tenían más posibilidades de sufrir complicaciones. A partir de entonces,
aunque no todos estuvieron de acuerdo con los datos, el Colegio
Americano de Obstetras y Ginecólogos recomendó el parto inducido en
estos casos, un protocolo que también se aplica en España.
A pesar de que han pasado 15 años desde entonces, esta investigación
sigue siendo la referencia. Estudios posteriores de este mismo autor,
aunque con menos participantes, han confirmado los resultados. No
obstante, muchos doctores optan por que sea la propia embarazada la que
decida qué hacer, tras contarle los pros y contras.
En cualquier momento
"Una cosa son los protocolos y otra la práctica diaria. La actuación
dependerá mucho del momento de gestación en el que se encuentre la
mujer. Si el embarazo ya ha llegado a término lo más normal es inducir
el parto en 24 horas. Pero si la bolsa se rompe antes de las 37 semanas y
el feto no está maduro, la situación cambia y lo que se hace es
ingresar a la mujer y darle antibióticos para prevenir infecciones
mientras se intenta madurar al feto con medicación para que el parto se
produzca cuanto antes", explica la matrona Villar, quien añade que
"cuanto más pequeño sea el niño más riesgo de complicaciones hay".
Aunque a priori, esta ruptura de aguas temprana no debería dar
problemas, las estadísticas señalan que es un suceso que complica entre
el 5% y el 10% de los embarazos y es responsable de casi un tercio de
los partos prematuros.
Fuente:elmundo.es
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