Los avances anticonceptivos van encaminados a conseguir un mejor
resultado y fiabilidad en su uso, así como una formula más cómoda y
menos perjudicial para las mujeres.
Una de las presentaciones más novedosas en cuanto a anticonceptivos son
los bastones que se colocan en el antebrazo. Se trata de un método
anticonceptivo de tipo hormonal.
El implante está formado por 6 tubos flexibles de unos 2mm de diámetro y
35mm de largo con un depósito de progestina que se libera poco a poco
para evitar los embarazos.
Su colocación debe hacerse por un médico y que se hace una pequeña
incisión en el antebrazo y se implanta el bastoncillo debajo de la piel.
Diariamente se va liberando el medicamento en pequeñas dosis.
El procedimiento de colocación se realiza con anestesia local y tarda
aproximadamente unos 40 minutos. No suele molestar para nada, ya que se
coloca en el antebrazo y, además, el médico lo coloca en el brazo que
menos utilizamos normalmente.
Su eficacia anticonceptiva es del 99%. Si se coloca en el momento de la
menstruación es efectivo desde el primer día. En cambio, si se aplica
después de la menstruación se debe usar otro método anticonceptivo, al
menos, durante quince días para evitar embarazos.
Los efectos secundarios de este método anticonceptivo son muy bajos y
similares a los que se puede sufrir con cualquier otro método
anticonceptivo hormonal. Debemos acudir al médico antes de colocárnoslo
para que nos haga una analítica y observe si, por nuestro historial
clínico, podemos tener algún riesgo.
Si todo va bien, podemos llevar el implante durante un largo período de
tiempo sin problemas, aunque podemos retirarlo en el momento que
queramos , ya que la intervención para quitarlo cuesta muy poco.
Este implante no está recomendado en mujeres que pesen más de 90 kilos,
ya que su efecto disminuye en esos casos y, por tanto, no es seguro
que cumpla sus funciones anticonceptivas.
Fuente: cosasdesalud.es
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