Es importante lavar la cara y exfoliarla para eliminar las células muertas.
Una vez que la cara esté limpia, se debe aplicar una crema hidratante.
La piel necesita respirar. Al igual que lavamos, por ejemplo, las manos, el rostro también acumula suciedad y aunque no se note, la piel se apaga poco a poco. Por eso, es necesario desmaquillarse, pero eligiendo los productos correctos y adecuados a nuestra piel.
Lo primero es lavar la cara. Primero con agua y después con un jabón específico para nuestro tipo de piel. Una vez que la cara esté limpia, es importante aplicar un exfoliante en toda la piel del rostro. Con ello, conseguimos eliminar todas las células muertas, las impurezas, la suciedad y algunos puntos negros que 'taponan' los poros.
Una vez que la piel esté limpia, es importante aplicar un tónico en la cara para 'mover' los poros y evitar que se llenen de suciedad y que, a la larga, se abran y se estiren. Con el tónico logramos cerrar los poros para que no entre más suciedad. Una vez que hemos exfoliado la cara y hemos aplicado un tónico, hay que hidratar la piel con una crema acorde a cada tipo de piel.
Fuente: teinteresa.es
0 comentarios:
Publicar un comentario