Durante el embarazo, la futura mamá suele lucir un cutis y un cabello radiantes. Sin embargo, las hormonas también pueden jugar una mala pasada y provocar la aparición de acné.
El aumento de la actividad de las glándulas sebaceas en el embarazo puede favorecer la aparición de puntos negros y granitos en la cara. El primer trimestre es el de mayor riesgo, puesto que es el período en el que el organismo tiene que adaptarse a la "tormenta hormonal". Conforme el embarazo avanza, los granitos tienden a atenuarse, hasta desaparecer, después del parto, cuando la situación hormonal se estabilice de nuevo.
Aunque, en principio, no existe ninguna contraindicación para utilizar productos cosméticos específicos para el acné, con el fin de resolver el problema, siempre es conveniente consultar al ginecólogo antes de aplicarse cualquier producto, aunque su aplicación sea local. Por supuesto, hay que evitar los productos de dudosa procedencia, que suelen evitar los controles pertinentes.
Cuando el acné no es demasiado problemático, es preferible recurrir a los productos naturales y tomar algunas precauciones:
- Limpieza de la cara: diaria, para evitar la acumulación de grasa y bacterias.
- Hidratación del organismo: es conveniente que bebas una cantidad adecuada de agua.
- Actividad física: para favorecer la circulación sanguínea.
- Además: evitar tocarse los granitos y reventarlos. Esto agravaría el problema aún más.
Fuente: .mibebeyyo.com
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