Cada vez más personas llegan a la consulta del médico con infecciones de orina, sobre todo las mujeres. Se calcula que al menos el 50% de ellas la padece en algún momento de su vida. Durante la adolescencia, coincidiendo con el inicio de la actividad sexual, es cuando más prevalece.
Por otro lado, en la menopausia la pérdida de estrógenos propicia también su desarrollo. Además, los médicos advierten de que una vez que se haya padecido algún episodio de infección de orina es muy fácil volver a padecerlo.
Por ello en este artículo vamos a poner a tu disposición una serie de pautas para tratar de frenar esas infecciones. Las mujeres tienden más a padecerla porque su aparato urinario inferior es más pequeño y además, al ser interno, hay muchas más bacterias.
Por otro lado, influye mucho la actividad sexual, su frecuencia o el número de parejas sexuales. Sin embargo, no se ha llegado a probar que las infecciones de orina se transmitan por vía sexual, ya que la bacteria no se transmite de este modo, por lo que no puede considerarse una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS).
Algunos de los factores que sí pueden favorecer la infección de orina son la alteración de la flora vaginal y uretral por el uso de diafragma y espermicidas, anticonceptivos orales/vaginales (como el DIU) o el uso de algunos antibióticos. Para prevenir esta afección se recomienda el lavado genital únicamente externo tanto antes como después del coito y orinar después del mismo para que se reduzcan las posibilidades de que entren bacterias.
Los síntomas típicos de esta afección son la necesidad de orinar frecuentemente y en pequeñas dosis. Además es doloroso. También puede llegar a aparecer fiebre y dolor lumbar.
Los médicos hacen además algunas recomendaciones adicionales como vaciar la vejiga completamente, limpiarse de adelante hacia atrás, beber mucho líquido, que la zona pélvica no esté húmeda y mantener una buena higiene íntima.
Via sobretodosalud.com
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