Ya es sabido que la llamada “comida basura” es una de las peores elecciones que se pueden hacer, tanto para adultos como, especialmente, para niños. Esta comida vacía prácticamente en nutrientes pero repleta en grasas y calorías, es clara promotora de la obesidad y de otros problemas de salud.
Si bien es necesario mantenerse alejado de esta alternativa en cualquier momento de la vida, especial cuidado deberían tener las mujeres que tienen en sus planes quedar embarazada, ya que la obesidad materna está asociada con un mayor riesgo de casi todas las complicaciones posibles en el embarazo, desde hipertensión gestacional hasta diabetes mellitus gestacional, entre otros trastornos. Además, de una madre obesa hay más posibilidades que el bebé también lo sea.
A pesar de estos riesgos, un gran porcentaje de mujeres es inconsciente de esto, y sigue abusando de la comida chatarra, lo que puede traerle complicaciones no sólo a ellas sino también a sus hijos.
Otro punto a tener en cuenta es que lo que la madre ingiera durante su embarazo es lo que el niño luego aceptará con menor resistencia, ya que de algún modo “educa” las papilas gustativas del feto a través del líquido amniótico. Esta adaptación del paladar se extiende también al período de lactancia. El tema está en que la adecuación se hace, sean cuáles sean los alimentos que la madre consuma, los saludables o, también, los más perjudiciales.
Esto último se ha demostrado en una investigación publicada en la revista ‘FASEB Journal‘, en la que se observó como las madres embarazadas que consumían ‘comida basura’ pasaban a sus bebés este hábito con las consecuencias adversas que esto supone, tanto a corto como a largo plazo.
Es sabido que la comida chatarra produce cierto tipo de adicción en el consumidor. Justamente, estos investigadores demostraron que el hábito se pasa, digamos, porque la dieta materna influye sobre el circuito de señalización de opiáceos en el cerebro del recién nacido, que responden ante los alimentos ricos en azúcar y grasas. Es decir, se utilizan los mismos circuitos químicos que las drogas comunes (opio, cocaína, etc.)
De cualquier forma, los expertos han querido recordar sobre la importancia de adquirir buenos hábitos de alimentación durante la etapa gestacional. Hay que ser conscientes de que es en la infancia en la etapa en la que se establecen los hábitos alimentarios que acompañarán durante el resto de la vida.
De ahí la importancia de la educación nutricional durante esta etapa de la vida. Sin embargo, nunca es lo suficientemente pronto para inculcar los buenos hábitos y quizá el mejor momento sea empezando por la madre, antes incluso del nacimiento de su pequeño.
Via .vitadelia.com
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