Una enfermedad tan masculina, como la hiperplasia benigna de próstata (HBP), afecta tanto al que la sufre como a su pareja. Si además coexiste con la disfunción eréctil (DE), las consecuencias puede ser catastróficas. Según una encuesta realizada a 756 hombres y 753 mujeres, de ocho países diferentes entre los que se encuentra España, de entre 40 y 65 años, la DE y los síntomas urinarios a causa de la HBP afectan no sólo a la esfera sexual sino a la relación de pareja, provocando tensión, discusiones y el cese de actividades conjuntas. La encuesta pone además de manifiesto que el impacto en las mujeres, a causa de ambos problemas de salud del varón, es mayor de lo que los hombres creen.Los resultados, explica Igancio Moncada, del Hospital de la Zarzuela de Madrid, son novedosos porque hasta ahora «apenas había datos sobre cómo afectaban los síntomas de la HBP sobre las relaciones de pareja. Y, tenor de estos datos, parece que lo hace en más de lo que se creía».
El objetivo de la encuesta, señala el urólogo español, ha sido conocer los efectos en la relación de pareja cuando el hombre sufre ambos problemas urológicos. Los datos muestran que el 77% de las mujeres y hombres encuestados coincidieron en que la disfunción eréctil y la HBP interfieren y limitan la capacidad de disfrutar de la vida en pareja, pero estuvieron en desacuerdo en cómo afecta a su relación. Las mujeres, más que los varones, afirmaron que causa tensión, discusiones e interrupciones del sueño. Ellas, además, creen, más que ellos, que la disfunción eréctil y la HBP interfieren en su vida sexual. «Es -dice Moncada- una causa de conflicto en la pareja para la que afortunadamente ya hay solución».
Vida sexual
La encuesta se ha realizado en Canadá, México, Brasil, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y España. Los encuestados coincidieron en que la actividad sexual se encuentra entre las que más hacen disfrutar de la vida en pareja. La mayoría de los hombres y mujeres participantes, independientemente del país de origen, explicaron que la disfunción eréctil y la HBP interfieren en la capacidad de disfrutar de la vida en común con su pareja.
Los encuestados españoles destacaron además que las actividades en común que más se resienten y que echan de menos debido a los síntomas de disfunción eréctil y HBP son, tras la actividad sexual, una noche romántica, las actividades de ocio en el exterior y viajar.
Hablar con la pareja
Un gran porcentaje de hombres (76%) así como de mujeres (78%) habían hablado con su pareja sobre los problemas de disfunción eréctil e hiperplasia benigna de próstata, aunque el 35% de los varones y el 41% de las mujeres reconocieron que tardaron más de seis meses en iniciar una conversación del tema con su pareja.
En España un 83% de los hombres habían hablado con sus parejas sobre los problemas de disfunción eréctil y HBP, porque «necesito el apoyo de mi pareja», «es importante para mí», «necesitamos mejorar nuestra vida sexual» o «necesitaba hacer algo al respecto». Los hombres españoles afirmaron además que en el 88% de los casos fueron las mujeres quienes iniciaron la conversación sobre el problema de salud, mientras que las mujeres expresaron que ellas lo iniciaban solo en el 69% de los casos. De igual manera, los hombres piensan que es más fácil hablar para ellos de sus problemas sexuales (53%) mientras que las mujeres opinan lo contrario: un 61% afirmó que es más fácil para los hombres hablar de sus problemas urinarios.
El retraso en acudir al médico
El 40% de los hombres con disfunción eréctil tardó más de siete meses en acudir al médico para buscar una solución. La razón más común dada por los hombres que no habían buscado ayuda es que pensaban que «se terminaría pasando con el tiempo». Así, un 30% de los hombres con problemas urinarios por HBP esperaron al menos siete meses antes de visitar al médico. La principal razón esgrimida por los hombres que no habían buscado tratamiento para sus síntomas por HBP es que «es algo natural de la edad».
Los varones españoles encuestados que sí habían buscado tratamiento frente a la disfunción eréctil que padecían explicaron que lo hicieron ya que querían recuperar su deseo sexual, evitar el impacto negativo que estaba teniendo en la vida sexual de la pareja y cuidar su salud. Los que sí buscaron tratamiento para sus síntomas por HBP argumentaron también que tenían miedo de que estuviera relacionado con asuntos médicos más serios.
Via abc.es
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