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martes, noviembre 26, 2013
Actividad física en el embarazo
El embarazo es un proceso de profundos cambios y adaptaciones en el cuerpo de la mujer.
Una buena condición física puede ayudar a que sea mejor tolerado y facilitar una vivencia más positiva de ese momento único e irrepetible en la vida.
Son muchos los beneficios que aporta la actividad física durante la gestación:
Mejora la postura y la movilidad articular.
Fortalece los músculos y los prepara para el momento del parto.
Reduce la tensión de los músculos que posturalmente se tensan con el embarazo y que producen contracturas, y con ello, alivio del dolor de espalda.
Mejora la circulación sanguínea, estimulando el retorno venoso, aliviando la fatiga, reduciendo el riesgo de varices y edemas.
Previene calambres.
Previene el sobrepeso.
Mejora la calidad del sueño, evitando el insomnio.
Ayuda a relajarse, y a controlar el miedo y la ansiedad. Aumento del bienestar y de la autoestima.
Después del parto, ayuda a una mejor y más rápida recuperación del cuerpo.
Una mujer embarazada no debería comenzar o continuar un programa de entrenamiento físico antes de ser valorada por su tocólogo o matrona. Si no existe ninguna contraindicación obstétrica o médica, puede realizar una actividad física regular, siempre supervisada por personal especializado. Lo ideal sería que cada mujer siguiera un programa de ejercicio individualizado. Este programa debería tener en cuenta la evolución de la gestación, la forma física y la actividad previa al embarazo. El entrenamiento debe ser de una intensidad moderada y de carácter aeróbico, sin llegar en ningún momento a la fatiga, cansancio o sensación de falta de aire, lo que conllevaría a una falta de aporte de oxígeno al feto.
Entre los ejercicios físicos y deportes más aconsejados para las mujeres embarazadas encontramos las caminatas, ejercicios de tonificación, bicicleta estática, natación o cualquier otra actividad acuática, pilates adaptado y aeróbic de bajo impacto, quedando desaconsejados aquellos que impliquen actividades bruscas, de impacto o con posibilidad de caídas, tales como lucha, hockey, fútbol, balonmano, baloncesto, esquí, patinaje, montar a caballo,...; aquellos que supongan condiciones medioambientales peligrosas, o que se realicen tumbadas de espalda. Se debe prestar especial atención a la corrección postural y al fortalecimiento del suelo pélvico, evitando posturas incómodas o difíciles y maniobras que aumenten la presión abdominal de forma brusca. También es muy importante una buena hidratación y una alimentación equilibrada.
Via piscinanucia.com
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