Conviene saber, en primer lugar, que durante la lactancia, es muy importante controlar la alimentación, ya que de ella depende la buen calidad de la leche materna. No deben faltar proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y, por supuesto, las grasas más saludables.
A través de la leche materna, el bebé no sólo se alimenta, sino que se nutre de la protección inmediata de sus defensas, muy inmaduras en las primeras semanas de vida. Y si para el bebé es fundamental, también es absolutamente recomendable para la madre, que recupera con la lactancia su figura y buen tono muscular con más facilidad y en menos tiempo.
La dieta durante la lactancia debe ser algo más calórica de la habitual, puesto que el organismo materno gastará energía en producir la leche para el bebé. Sin embargo, es importante atender al tipo de calorías consumidas, puesto que de lo que se trata es de lograr una dieta lo más equilibrada posible para que la leche sea la que mejor alimente al bebé.
Es fundamental consumir fuentes proteínicas de alto valor biológico, como las carnes magras, los pescados, los huevos o la leche, sin olvidar las proteínas vegetales que podemos consumir a través de las legumbres. Una mujer lactante necesita un 50% más de proteínas en su alimentación.
En cuanto a los hidratos de carbono, son fundamentales para dar energía a la madre y al bebé, facilitar el tránsito intestinal a ambos y, en el caso del pequeño, ayudar a colonizar sus intestinos con las bacterias defensivas de su organismo, los famosos bifidus.
Dentro de la dieta durante la lactancia, alimentos como el pan, cereales, pastas, arroz, patatas, frutas y verduras garantizarán el correcto aporte de energía, que llegará al bebé a través de la lactosa, el carbohidrato principal de la leche materna.
Leche, carne y huevos son fuentes de grasas saludables en la madre lactante, así como el pescado azul, excelente fuente de Omega 3, ácidos grasos esenciales fundamentales para el correcto desarrollo del bebé. Otras fuentes de grasas saludables son los frutos secos o el aceite de oliva.
En cuanto a los líquidos, el agua no puede faltar en la dieta, puesto que es la base de la leche, junto a zumos e infusiones. Por otro lado, conviene prestar especial atención a todo aquello que no debemos consumir mientras nos encontramos dando el pecho.
Lo primero a tener en cuenta, en ese aspecto, con respecto a la dieta durante la lactancia es que tenemos que seguir evitando el consumo de tabaco y alcohol, ya que las sustancias dañinas que contienen pasarían directamente al bebé a través de la leche.
También es importante, en este aspecto, controlar e incluso suprimir el consumo de sustancias excitantes. Es conveniente que durante esta etapa nos olvidemos de consumir bebidas como el café o los refrescos de cola, así como otras sustancias como el chocolate.
Por último, señalar que algunos alimentos de sabor fuerte, como pueden ser los espárragos o las alcachofas, pueden llegar a alterar el sabor de la leche materna. Conviene atender si el bebé percibe ese cambio y rechaza el pecho para evitar su ingesta.
Via embarazosemanasemana.com
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