La epidural se utiliza en las mujeres embarazadas con el objetivo de que logre estar más cómoda y no sentir dolor, pero muchas dudas pueden surgir. Es bastante alto el porcentaje de madres que la necesitan, de hecho, según estadísticas, solo un 10 por ciento de las mujeres pasan por un parto con poco dolor.
Esta anestesia descubierta en 1921 por el médico militar español Fidel Pagés Miravé se emplea en cerca del 80 por ciento de los casos, y en un 75 por ciento es efectiva.
Una de las dudas principales que surgen entre las primerizas es si la epidural no será un impedimento para dar a luz. No obstante, el consenso entre los médicos es que no solo no impedimenta nada sino que no afecta al bebé. Incluso, hay quienes sostienen que les hace la llegada al mundo más placentera.
La explicación a esto es que el dolor de la madre hace que esta genere más hormonas del estrés (cortisol) y catecolominas que podrían hacer que baje el flujo sanguíneo al útero.
Otra pregunta posible es si la epidural alarga el parto: en términos generales, la duración del alumbramiento no se ve afectada. Los especialistas reconocen que si bien es cierto que el período de expulsión se puede ampliar, la primera parte del trabajo de parto, de dilatación, se acorta, lo que en promedio no afecta al tiempo total.
Las madres también pueden cuestionarse si la epidural no les afectará o retrasará el amamantamiento: se trataría de otro temor infundado, ya que no existen riesgos de que en la lactancia haya un traspaso de fármacos al bebé.
El efecto de la epidural no es el mismo en todas las mujeres: a algunas madres no les anestesia tanto como a otras, en el 30 por ciento de las mujeres que se aplica suele no funcionar de forma correcta por una constitución física que no permita al anestesista alcanzar la localización correcta para lograr la analgesia. Puede suceder en las mujeres obesas o con una cadera más alta que otra, entre otros.
Otras de las inquietudes de las flamantes madres con respecto a la aplicación de la epidural se cuenta el no poder moverse, el no sentir cuándo se debe pujar o incluso el dolor que ocasiona el pinchazo. En este sentido, también hay que bajar tensión: solo en casos excepcionales se puede producir un episodio de parálisis.
Con respecto al dolor que puede provocar la introducción del catéter, los especialistas indican que hoy en día se emplea un anestésico local para evitar las posibles molestias.
Casos en los que la epidural puede estar contraindicada
-Ante posibles alteraciones en la coagulación de la mujer.
-Cuando se toman medicamentos como la heparina: en este caso tiene que existir una ventana temporal que permita administrar la epidural entre 12 y 24 horas después de la administración del fármaco.
-Debido a la existencia de complicaciones relacionadas con el embarazo como la hipertensión elevada (preeclampsia).
-El haber pasado por una enfermedad que haya alterado la inmunidad en el mes anterior (sarampión o tos ferina).
Via vitadelia.com
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