El melasma es un tipo de hiperpigmentación bastante frecuente en mujeres, especialmente durante y después del embarazo. Aparece en forma de grandes manchas oscuras sobre la cara, aunque también pueden afectarse otras partes del cuerpo.
La melanina es un pigmento presente en alguna de nuestras células que define el color de los ojos, el cabello y la piel de una persona. La producción de melanina puede estar afectada por ciertos factores, como son: la exposición al sol (factor más determinante), la genética, los cambios hormonales, la inflamación, el estrés emocional y la edad. La hiperproducción da lugar a hiperpigmentación, que finalmente se traduce en manchas oscuras grandes y tonos cutáneos no uniformes.
El melasma es una hiperpigmentación benigna y localizada sobretodo en zonas de la cara aunque en ocasiones en otras partes del cuerpo expuestas al sol. Se puede definir varios patrones según su distribución:
Centrofacial (el más frecuente – aproximadamente 65%). Se produce en la frente, nariz, mentón, zona supralabial y la parte central de las mejillas.
Malar (aproximadamente 20%). En mejillas y nariz.
Mandibular (aproximadamente 15 %). Se da en el área mandibular.
El melasma es más corriente en mujeres, sólo el 10% de los casos corresponde a hombres, siendo una gran mayoría mujeres embarazadas. Por esta razón, el melasma también es denominado “la máscara del embarazo” (o cloasma). El melasma puede desaparecer de por sí después del parto o si se reduce la ingestión de estrógeno.
El melasma debe diferenciarse de otros procesos que dan lugar a manchas oscuras adquiridas de la piel (hiperpigmentaciones), como lesiones observadas después de un proceso inflamatorio (hiperpigmentación post inflamatoria; después de quemaduras, eczemas, etc…) o secundarias a fármacos. En estos procesos, les lesiones no suelen ser simétricas.
Tipos
Se puede clasificar el melasma en tres tipos según la profundidad de afectación de la piel:
El melasma epidérmico afecta a la capa superior de la piel. Son manchas de color marrón con bordes bien definidos.
El melasma dérmico afecta al nivel más profundo de la dermis y se caracteriza por manchas de color más azúl grisáceo.
El melasma mixto (combinación del epidérmico y del dérmico) se presenta como pigmento pardo grisáceo.
Éstos dos últimos tipos, a causa de la profundidad de la afectación, pueden ser más difíciles de tratar.
Tratamiento
El tratamiento se basa en producir un blanqueamiento de las lesiones, aunque hay una importante tendencia a las recidivas. Suelen ser tratamientos a largo plazo. Los diferentes abordajes son:
Ante todo tenemos la prevención de la aparición, empeoramiento o reaparición de las lesiones. Debemos evitar la incidencia directa del sol o los sistemas lumínicos que inducen un aumento de las lesiones. Debemos protegernos del sol con el uso de ropa apropiada (gorros, prendas) y utilizar filtros solares de alta protección (superiores a un FP 50), tanto en verano como en invierno.
Como segundo escalón tenemos el tratamiento para el blanqueo o eliminación de les lesiones. Deben ser indicados por especialistas de esta patología. Se utilizan:
Fármacos: Que producen una inhibición de la formación de melanina por diversos mecanismos.
Tópicos: Hidroquinona al 2 ó 4% , en crema, sola o en combinación con ácido glicólico o con ácido retinoico. Se obtiene una mejoría si se sigue un tratamiento diario (1 vez/dia) a partir de los 3 meses de tratamiento, y seguir posteriormente un mantenimiento durante largos períodos. En verano, se aconseja reducir su aplicación (por un riesgo de irritación).
Peeling: Se combinan los productos anteriores, añadiéndose substancias queratolíticas (ácido salicílico y glicólico, entre otros).
Terapias físicas: el láser. Son tratamientos caros, con una eficacia variable, a menudo inferior a los tratamientos tópicos, y que deben combinarse con los tratamientos anteriores y no eviten les recurrencias. Existen diferentes tipos de láser:
Láseres de alejandrita, Rubí, o Nd: YAG de emisión en Q-Switched: baja eficacia y riesgo de hiperpigmentación post-inflamatoria y recidivas.
Láseres fraccionados: resultados aceptables, pero no evitan las recidivas. Luz intensa pulsada: resultados aceptables.
Todos estos tratamientos han de combinarse con lo tratamientos preventivos y de blanqueamiento.
Via tusintoma.com
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