Estudios recientes han demostrado que existe una relación directa entre un funcionamiento deficitario de la glándula tiroides y la subfertilidad, es decir, una mayor dificultad por parte de la mujer de llevar a buen término sus embarazos. Los expertos nos recuerdan que no tratar debidamente los trastornos del tiroides aumenta el riesgo de abortos y de prematuridad.
En la actualidad, se estima que cerca del 50% de los casos se diagnostica por casualidad, debido a la ausencia de signos en las fases tempranas. Según explica el doctor Sergio Donnay, coordinador del Grupo de Trabajo de Déficit de Yodo y Disfunción Tiroidea de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), existen tres grandes grupos o poblaciones de riesgo en los que tiene mayores consecuencias el hipotiroidismo no tratado: los escolares, la mujer en edad fértil y las embarazadas.
Bebés en peligro
Según el doctor Donnay, no tratar debidamente los trastornos del tiroides durante el embarazo aumenta el riesgo de abortos y de prematuridad. “Dicho eso, las mujeres con problemas tiroideos pueden tener un embarazo sano y sin riesgos para sí mismas o para su bebé si consultan a tiempo a su médico, se someten a los exámenes y pruebas que éste determine y siguen el tratamiento que les conviene”, afirma. Según este experto, el embarazo conlleva numerosos cambios físicos y emocionales, entre ellos alteraciones en los niveles de las hormonas tiroideas (T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina) que regulan el metabolismo o modo en que el organismo utiliza la energía. El hipotiroidismo o déficit de hormonas tiroideas, ralentiza funciones orgánicas vitales.
El hipertiroidismo o exceso de hormonas tiroideas, hace que esas funciones se aceleren. Ambas disfunciones pueden tener efectos adversos en el desarrollo del feto y la salud de la embarazada, y esos efectos pueden extenderse más allá del parto, afectando al desarrollo neurointelectual del niño. El doctor Donnay asegura que “el hipotiroidismo durante el embarazo se produce en, aproximadamente, el 2,4% de las mujeres. Esta afectación se puede asociar a anemia materna, abortos, desprendimiento de placenta o bajo peso al nacer, además de a una disminución del coeficiente intelectual de los hijos de madres con hipotiroidismo no tratado”.
En los primeros tres meses de vida, el embrión aún no dispone de una glándula tiroides o ésta no es suficientemente madura, por lo que precisa de la hormona tiroidea de la madre. El grado de las consecuencias de esta deficiencia de yodo vienen dadas en función del grado de carencia de esta sustancia. Según la doctora Bandrés, “lo ideal es que las mujeres embarazadas revisen su tiroides al menos una vez al principio del embarazo e incluso antes, cuando se planifica el embarazo. En el caso de una mujer embarazada que ya está recibiendo tratamiento por un trastorno tiroideo es aconsejable que se revise su tiroides cada 6-8 semanas. Esto garantizará que la glándula tiroides funcione de forma normal”.
“El problema es que, como muchos síntomas tiroideos recuerdan a cambios físicos y emocionales propios del embarazo (cansancio, somnolencia, aumento de peso, dolores musculares…), por lo que las disfunciones tiroideas pueden pasar inadvertidas, con los riesgos que ello conlleva”, señala el doctor Sergio Donnay, coordinador del Grupo de Trabajo de Déficit de Yodo y Disfunción Tiroidea de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
El hipotiroidismo en 7 respuestas
1. ¿A qué se debe el hipotiroidismo durante el embarazo y con qué frecuencia ocurre?
Se calcula que entre el 2% y el 3% de las embarazadas padecen hipotiroidismo leve y que entre 0,3% y el 0,5% padecen hipotiroidismo grave. El 85% de casos son consecuencia de la enfermedad de Hashimoto, en la que el sistema inmunitario ataca por error la glándula tiroides y la destruye progresivamente. La deficiencia de yodo (esencial para la producción de hormonas tiroideas) es la otra causa principal de hipotiroidismo en la mujer. Igualmente, un tratamiento inadecuado del hipertiroidismo o una cirugía de tiroides pueden provocar hipotiroidismo.
2. ¿Qué consecuencias tiene para la embarazada y el feto el hipotiroidismo no tratado?
Entraña serios riesgos para ambos. Una embarazada con hipotiroidismo tiene mayor riesgo de aborto espontáneo, anemia, pre-eclampsia, desprendimiento de placenta y hemorragia posparto. En el bebé, conlleva mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, distress respiratorio y problemas de desarrollo y aprendizaje. Esas complicaciones se han observado también en mujeres con hipotiroidismo leve.
3. ¿Hasta qué punto es necesario y seguro el tratamiento del hipotiroidismo en el embarazo?
El objetivo es sustituir la falta de hormonas tiroideas por la hormona sintética levotiroxina, que actúa exactamente como la T4 producida por la glándula tiroides. Según las nuevas directrices, basadas en estudios recientes, el tratamiento está indicado tanto en el hipotiroidismo grave como leve.
4. ¿Es seguro ese tratamiento hormonal durante el embarazo?
La levotiroxina puede administrarse durante todo el embarazo y la lactancia. Por supuesto, el tratamiento requiere un seguimiento estrecho, con exámenes frecuentes para ajustar las dosis y garantizar que sean las correctas durante toda la gestación.
5. ¿Deberían todas las embarazadas someterse a pruebas para descartar un hipotiroismo?
Debido a los claros riesgos que supone, algunos expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recomiendan el cribado a todas las mujeres embarazadas en la novena semana del embarazo o bien en la primera consulta. Otros expertos sugieren que solo se someta a ese cribado a mujeres en situación de alto riesgo.
6. ¿Y quiénes están en alto riesgo?
La lista incluye a mujeres mayores de 30 años; mujeres con antecedentes familiares de enfermedad tiroidea autoinmune o hipotiroidismo; mujeres con bocio; con síntomas o signos de hipotiroidismo: con anticuerpos antitiroideos; con diabetes tipo 1 o algún otro trastorno autoinmune; con problemas de fertilidad o que hayan tenido un aborto natural o un parto prematuro; mujeres que hayan recibido radioterapia en cabeza y cuello o hayan sido sometidas a cirugía tiroidea; las que reciben levotiroxina para la hipofunción tiroidea o que vivan en una zona geográfica con carencias de yodo endémicas…
7. ¿Cómo se diagnostica el hipotiroidismo?
Tras una rigurosa exploración física, el médico pide un análisis de sangre para la hormona estimulante del tiroides (TSH) y para la T4. Si el nivel de TSH es alto y la concentración de T4 es baja, es señal de hipotiroidismo. Para saber si el hipotiroidismo se debe a la tiroiditis de Hashimoto, hay que hacer un análisis de anticuerpos
Tiroiditis post parto y depresión post parto
En la mujer existen dos momentos claves para poder desarrollar una disfunción tiroideas, según los expertos: durante el embarazo, momento en el que la glándula tiroides sufre un fuerte impacto ya que necesita trabajar hasta un 50% más y durante el post-parto, de causa autoinmune, y que puede diagnosticarse pasados dos o tres meses y hasta un año después. Según Donnay, alrededor del 7% de mujeres y entre el 18% y el 25% de las que padecen diabetes desarrollan tiroiditis postparto (TPP) en el año siguiente a éste. La TPP puede implicar hipotiroidismo o hipertiroidismo o un episodio de hipertiroidismo seguido de hipotiroidismo. Esta afección puede durar de uno a dos meses y requiere seguimiento y, en algunos casos, tratamiento. En algunos casos, la TPP puede ir asociada a depresión posparto. Sin embargo, añade, como la TPP suele ser transitoria, las mujeres con síntomas no demasiado molestos y que no busquen otro embarazo no requieren tratamiento.
Trastornos del tiroides
El tiroides es una glándula endocrina, es decir, una agrupación de células que segrega sustancias, que son las hormonas, que vierte a la sangre. Está formado por dos lóbulos a ambos lados de la tráquea unidos en la zona central por un istmo, lo que provoca que tenga forma de mariposa. Según el doctor Donnay, “su función es fundamental, ya que se encarga de regular el metabolismo, regula la producción de proteínas, así como la sensibilidad del organismo a otras hormonas”. No obstante, este experto hace hincapié en la falta de conocimiento por parte de la población general respecto a los trastornos que pueden darse en relación a esta glándula. “Se ha observado que aquellos pacientes que no son tratados debidamente presentan un mayor riesgo de enfermedades del corazón, que podrían estar relacionadas con un aumento del colesterol asociado a la situación”.
La mayoría de los trastornos del tiroides son más frecuentes en las mujeres que en los varones. Según Bandrés, “la razón es que la mujer es más propensa a las enfermedades autoinmunes y en el origen de los trastornos de la funcionalidad del tiroides hay implicado un mecanismo autoinmune”. De hecho, se estima que este tipo de enfermedades es hasta diez veces más frecuente en el sexo femenino, sobre todo a partir de los 40 años. Son varios los trastornos relacionados con el tiroides, sin embargo el hipotiroidismo es el más frecuente. Cansancio crónico, debilidad, piel seca, uñas frágiles, intolerancia al frío, caída de pelo, dolor articular o muscular, períodos menstruales anómalos, dificultad de concentración, mala memoria, estreñimiento, y aumento discreto del peso corporal, son algunos de los síntomas del hipotiroidismo y que se caracteriza por una deficiente producción de hormonas en la glándula tiroides.
Yodo a manos llenas
Los expertos destacan la importancia de tomar con la alimentación una ingesta adecuada de yodo para prevenir los trastornos por déficit de yodo, entre ellos el hipotiroidismo, mediante la ingesta de sal yodada, leche y pescado marino, ya que el yodo es un elemento imprescindible para una producción normal de hormonas tiroideas. A este respecto, explica Donnay, “es recomendable que las mujeres embarazadas fueran suplementadas con yodo, igual que ya lo son con ácido fólico”. No obstante, la suplementación de yodo en el embarazo no se da a todas las mujeres en nuestro país. En este sentido, asegura el doctor, el grupo de trabajo que preside ha elaborado un documento que recomienda el estudio del tiroides en todas las mujeres embarazadas. “Debería ponerse en conocimiento de las mujeres que no tratar debidamente los trastornos del tiroides no sólo aumenta el riesgo de abortos y de prematuridad, sino también de que los hijos tengan una disminución en sus capacidades intelectuales”, concluye el experto.
Debe garantizarse que la población consuma una cantidad suficiente de yodo. “Ésta es distinta según la edad, género y estado fisiológico –asegura la doctora-. Para la población, en general, incluyendo a los niños en edad escolar, se aconseja que al día consuman un mínimo de 150 mcg de yodo. Una cantidad que puede obtenerse fácilmente consumiendo sal yodada, en vez de sal común y con el consumo de alimentos ricos en yodo , cono el pescado de mar y productos lácteos”.
Otro de estos trastornos es el hipertiroidismo, es un trastorno menos frecuente, causado por una producción mayor de hormonas tiroideas de las necesarias. Sus síntomas son los contrarios a los que se producen por el hipotiroidismo, dándose una cierta aceleración del ritmo normal del organismo: taquicardia que pude manifestarse con palpitaciones, insomnio, aumento de la sudoración, pequeño temblor, fatiga muscular, pérdida de peso, molestias en los ojos, incluso fiebre, en algunos casos.
Via consejosdetufarmaceutico.com
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