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Salud y bienestar para las mujeres

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lunes, diciembre 28, 2015

Causas del flujo amarillo

El flujo vaginal es un líquido segregado por las glándulas del cérvix y de la vagina necesario para mantener la zona íntima bien lubricada, limpia y protegida frente a posibles infecciones que puedan comprometer su salud a corto y largo plazo.

Su cantidad, textura y color pueden presentar variaciones en función de la etapa de vida en el que la mujer se encuentre, como por ejemplo, la pubertad, la ovulación, el embarazo, la lactancia, la menopausia, etc. Sin embargo, cuando este presenta cambios significativos y, además, viene acompañado de síntomas como dolor, ardor, escozor, inflamación, enrojecimiento u otras molestias, conviene acudir al ginecólogo de forma urgente, pues es probable que se trate de algún tipo de infección o afección.

Te explicamos cuáles son las causas del flujo amarillo, un cambio en el color de las secreciones vaginales que puede ser normal en algunos casos y un claro indicio de infección o proceso inflamatorio, en otros.

¿Cómo es el flujo vaginal normal?

    El flujo vaginal es un líquido producido por las glándulas que se localizan en el interior de la vagina y el cuello del útero, y su principal función es mantener limpia la zona, expulsando hacia el exterior todas aquellas células muertas y bacterias que, a la larga, podrían acabar perjudicando la salud íntima de la mujer. En definitiva, se trata de un mecanismo de defensa del propio cuerpo femenino para mantenerse protegido frente a infecciones vaginales y otras afecciones.

    Es importante tener en cuenta que el flujo vaginal varía de una mujer a otra, algo completamente normal, y que, además, puede presentar un volumen aumentado en determinados periodos. Especialmente en aquellos en los que se ve incrementada la actividad hormonal, como por ejemplo durante el embarazo, en el ciclo menstrual, en los días previos a la menstruación, cerca de la ovulación, en el periodo de lactancia, durante la toma de anticonceptivos a base de estrógenos, etc.

    Por lo general, el flujo vaginal es de color claro o blanquecino, transparente o lechoso y un olor que puede ser leve, pero no desagradable. Además de estas características, la ausencia de síntomas en la zona íntima como dolo, ardor, enrojecimiento, picazón, etc., es una clara señal de que se trata de un flujo vaginal fisiológico completamente normal.

¿Cuándo debo preocuparme por el flujo vaginal?

    Además de saber cuáles son los rasgos que caracterizan al flujo vaginal normal, también conviene saber cuándo las secreciones vaginales deben convertirse en motivo de consulta médica. Es fundamental que prestes atención a cualquier alteración que se produzca en tu flujo, sobre todo si este empieza a presentarse con una textura, un olor o un color distinto al habitual. Estos cambios repentinos pueden ser un claro indicio del padecimiento de algún tipo de infección vaginal o enfermedad que conviene detectar y tratar de la forma adecuada.

    En el caso de que tengas dudas, toma nota de las siguientes señales y acude a tu ginecológo en el caso de manifestarlas:
        Cambios en el color del flujo, pasando de ser blanquecino o transparente a amarillo, verdoso, marrón o grisáceo.
        Flujo vaginal que desprende mal olor.
        Secreciones vaginales muy espesas.
        Presencia de sangre en el flujo antes o después del periodo menstrual.
        Picazón, ardor, enrojecimiento o escozor en la zona genital.
        Dolores o molestias al mantener relaciones sexuales.

ETS, principal causa del flujo amarillo

    Entre las principales causas del flujo amarillo, se encuentran algunas enfermedades de transmisión sexual más comunes que se pueden contraer al tener una vida sexual activa. Las enfermedades venéreas que, entre otros síntomas, pueden ocasionar que el flujo vaginal adquiera una tonalidad amarillenta son las siguientes:

        Tricomoniasis: infección causada por el parásito protozario Trichomonas vaginalis, que puede permanecer sin síntomas durante mucho tiempo. Cuando sí se manifiesta, en el caso de las mujeres afecta a la vagina, la uretra y la vejiga y se experimentan síntomas como flujo vaginal espumoso amarillo, grisáceo o verde y con mal olor, similar al del pescado, picazón y enrojecimiento en la vagina, dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales. Requiere para su cura de un tratamiento antibiótico que, seguramente, también deberá ser administrado a la pareja de la persona infectada.

        Gonorrea: enfermedad de transmisión sexual originada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que en el sexo femenino causa síntomas como flujo vaginal amarillento y espeso, dolor al orinar, aumento de la micción, dolor en las relaciones sexuales, dolor de garganta, dolor en la parte baja del abdomen o sangrado entre periodos. Es posible que los síntomas sean leves y se confundan con otro tipo de infecciones, por lo que conviene consultar al médico cuanto antes. Se debe tratar con antibióticos que eliminen la bacteria causante y para evitar que la infección se propague.

        Clamidia: infección común que se transmite a través del contacto sexual y que está causada por la bacteria llamada Clamidia trachomatis. Aunque en muchos casos, las mujeres infectadas no presentan síntomas, estos pueden aparecer entre 5 y 10 días después de haberla contraído y suelen ser: flujo vaginal amarillo con olor fétido, ardor o dolor durante la micción, dolores al mantener relaciones sexuales, sangrado entre periodos menstruales, dolores abdominales, dolores en el recto e hinchazón dentro de la vagina o alrededor del ano. Su tratamiento también se basa en la toma de antibióticos para impedir futuros problemas de salud y reproductivos.

    Es indispensable tener claro que la única forma segura de prevenir las infecciones de transmisión sexuales como estas, es mediante el uso del preservativo en todas las relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales. Además, es necesario realizarse periódicamente las revisiones ginecológicas oportunas y evitar las prácticas sexuales de alto riesgo.

Cervicitis, inflamación que puede causar flujo amarillo

    La cervicitis hace referencia a la inflamación del cérvix, que es la parte final del útero, y es una condición que también puede dar lugar a secreciones vaginales amarillentas, blanquecinas o grisáceas. Generalmente, es causada por una infección de transmisión sexual, como la clamidia, la gonorrea, el herpes genital, el VPH o la tricomoniasis, o por otros factores como la utilización de un diafragma, alergia a espermicidas o al látex o la exposición a químicos. Además del flujo amarillo, puede manifestarse mediante síntomas como sangrados vaginales anormales, dolores durante las relaciones íntimas, dolores vaginales y presión en la región pélvica.

    Su tratamiento se establece en función al factor que la cause, por lo que puede basarse en fármacos antibióticos o antivirales, y en aquellos casos en los que permanece durante mucho tiempo, es posible que se tenga que recurrir a procedimientos como la criocirugía, la electrocauterización o la terapia con láser.

    Otra condición que podría explicar este cambio en el color del flujo vaginal es la presencia de pólipos cervicales. Se trata de neoplasias en el cuello uterino que, aunque se desconocen las causas exactas, podrían ser consecuencia de una respuesta inusual al aumento de estrógenos, a una inflamación crónica o a una obstrucción de los vasos sanguíneos en la parte inferior del útero.

    Los pólipos cervicales pueden ser asintomáticos o presentarse mediante menstruaciones muy abundantes, sangrados vaginales tras las relaciones sexuales, después de la menopausia o entre periodos menstruales y flujo amarillo o blanco. Aquellos pólipos de tamaño reducido, se pueden extirpar mediante una intervención sencilla, pero los de mayores dimensiones, necesitarán de una extirpación a través de la electrocauterización.

Otras posibles causas del flujo amarillo

    No siempre el flujo vaginal amarillo es una señal de infección, inflamación u otro tipo de afección, pues hay circunstancias normales en el organismo que también pueden causar esta variación:
        Cuadros de estrés y nerviosismo.
        Alteraciones hormonales.
        Toma de anticonceptivos orales.
        Después de relaciones sexuales sin protección, es posible percibir un cambio en el color del flujo, el cual puede volverse más amarillento formando pequeños coágulos.

    No obstante, se debe tener en cuenta que en estos casos, el flujo siempre será muy similar al normal, inodoro y no aparecerá acompañado de otras molestias o síntomas.


Via onsalus.com
Etiquetas: Enfermedades

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