Muchas personas tratan de alcanzar el elixir perfecto que les proporcione la eterna juventud, sin saber que la fórmula mágica no existe.
La alimentación en la mayoría de los casos define como nos encontramos por dentro y como nos vemos por fuera, ya que los excesos pasan factura y terminan dañando tanto la salud interna como externa. Otro de los factores importantes y decisivos son las emociones y como estas consiguen reflejar daños e imperfecciones en la piel.
La depresión, pérdida de algún ser querido, o continuos trastornos pueden derivar en un envejecimiento de la piel y el cabello, por lo que no solo hay que cuidar la nutrición sino también la salud mental si queremos disponer de un aspecto físico más saludable.
Sabemos que muchas personas se preocupan por el cuidado de la piel y a continuación vamos a detallar algunos consejos que pueden ser de gran utilidad para proteger y mantener nuestra piel nutrida con éxito.
La piel suele secarse bastante en verano y con una fuerte prologanción al sol o al calor. Es aconsejable darse duchas diarias cortas con agua tibia y sin abusar del jabón, ya que este puede dañar bastante la piel. A pesar de que estar un tiempo prolongado bajo el agua puede ser beneficioso y positivo en la reducción de estrés, nunca se debe exponer la piel a altas temperaturas ya que provoca sequedad y termina rompiéndose con el tiempo.
Es aconsejable además emplear cremas hidratantes a diario. Se aconseja que sea tras la ducha y con la piel aún húmeda. Se pueden emplear leches o bálsamos que contengan una fase grasa y una acuosa. La última es la que se penetra en la piel e hidrata, mientras que la primera permanece siempre en la superficie proporcionando buena hidratación.
Se recomienda además beber entre un litro y medio, y dos litros de agua al día, e incluso gran cantidad de líquido de forma diaria. Con esto conseguimos que la piel u otros líquidos se hidraten, por lo que es aconsejable beber zumos naturales de frutas, e infusiones, ya que de esta forma estaremos contribuyendo a que el organismo recupere su vitalidad.
Trata siempre de observar si la piel se irrita con facilidad, y si se producen eccemas o algún tipo de lesiones como descamación ya que en estos casos siempre es aconsejable que se acuda a un dermatologo que te indicará como se puede proteger mejor la piel del sol.
Via mejoreshabitos.com
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