Por qué a las mujeres les gustan los hombres mayores

La edad es un factor que también influye en la elección de una relación de pareja. Muchas personas aspiran a conocer a una pareja que tenga una edad similar para estar en una misma etapa vital. Sin embargo, en el amor no existen las normas generales.

También existen mujeres que se sienten atraídas por hombres mayores. En este caso, el sentimiento que surge de la diferencia de edad es la búsqueda de protección.


Por otra parte, el factor edad también puede estar vinculado con tener más madurez, más confianza en uno mismo, más experiencia de vida y una estabilidad emocional.

Caulidades asociadas al factor edad

Otas cualidades que también pueden vincularse con el factor edad son la sabiduría, el conocimiento profundo y la cultura. Cualidades que pueden producir un enorme sentimiento de admiración. Pero además, a partir de este tipo de atributos, también es posible idealizar al otro.

Cualidades que percibidas de forma externa, pueden resultar atractivas. En ocasiones, una mujer puede sentirse atraída por hombres mayores que ella ya que aunque no coincide en edad cronológica, sí se siente identificada en el plano emocional. Así ocurre, por ejemplo, en el caso de aquella persona que a partir de experiencias difíciles, ha madurado pronto.

Admirar la personalidad del otro

Una mujer joven también puede admirar la personalidad y el carisma de un hombre mayor que le aporta cierta seguridad. Una persona muestra una tendencia a sentirte atraída por parejas de más edad cuando esta característica se repite en distintas relaciones.

A mayor diferencia de edad en la pareja, más opciones de fracaso existen puesto que el factor edad también puede ser sinónimo de distancia en puntos importantes como expectativas de vida, intereses personales, situación presente y planes de futuro. Pero además, el factor edad también puede influir en el modo de ser e incluso, en los valores (que dependen, en parte, de la educación recibida). Existen películas que abordan esta temática: Otoño en Nueva York, es un ejemplo.


Via psicoblog.com