Es el color de la temporada, le sienta bien a nuestra salud y también al medio ambiente. Impón en tu dieta la tendencia de los productos ecológicos.
¿Por qué sigues comprando una y otra vez esos lustrosos tomates que, sin embargo, no saben a nada? Los alimentos ecológicos tienen nulos residuos de pesticidas y un sabor más intenso. Además, tienen la ventaja de que como proceden de explotaciones de la comarca, llegan a la cesta de la compra con todas sus propiedades intactas. España es el primer productor europeo ecológico, con cerca de dos millones de hectáreas de cultivo bio, “sin embargo, estamos a la cola del consumo interno”, aclara Ángeles Parra, presidente de la asociación Vida Sana. ¿Por qué?
El precio es uno de los principales motivos disuasorios. Manuel Moñino, secretario del comité científico de la Asociación 5 al día reconoce que, en efecto, es una opción más cara, “pero se acompañan de un mensaje de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente”. Por su parte, Ángeles Parra considera que no son más caros, si tenemos en cuenta otros costes como la mala calidad de los ingredientes de los productos no ecológicos o la ganadería masificada. “Con un cambio drástico en la dieta, comiendo de temporada, ecológico, más vegetal que animal... se puede hasta ahorrar con la dieta ecológica”. Lo mires por donde lo mires, las legumbres son ricas en proteínas y más baratas que la carne, incluso siendo ecológicas.
La segunda excusa es que los productos frescos se estropean antes y ¿quién tiene tiempo de ir a la compra cada dos por tres? Ángela Parra matiza: “Está comprobado que el producto ecológico fresco se conserva mejor. La clave está en que no contiene tanta agua y tarda más en deteriorarse”. Los productos envasados sí hay que consumirlos antes “porque no han sido esterilizado y no contienen conservantes químicos. Si reflexionamos sobre el tema, ¿no es raro que la comida se mantenga durante semanas? La tecnología contesta que es posible. El sentido común dice: ese alimento está muerto, no tiene vida”.
Déjate de excusas y dale un giro eco a tu dieta siguiendo nuestra “escala”. Sabrás qué comprar y dónde hacerlo. Tú decides en qué tono de verde te quedas.
De acuerdo, intentaré ser un poco más 'eco'
- Tienes claros los principios básicos de una dieta sana (productos industriales: malos. Productos frescos: buenos). Y poco más. Pero tu conciencia te da toques de atención... Tal vez deberías intentar ser más verde, por tu salud y por la del planeta, siempre y cuando eso no te complique demasiado la vida.
- Dónde comprar. Los productos ecológicos están disponibles en todas partes. Nadie puede decir en una ciudad de más de 20.000 habitantes que no encuentra alimentos ecológicos. De hecho, casi todos los supermercados tienen una sección, aunque sea pequeña, con productos ecológicos.
- En tu cesta. Apunta dos imprescindibles: la carne y los productos lácteos. Los pesticidas que se acumulan en los que no son orgánicos pueden permanecer años en tu organismo. Por no hablar de la cantidad de antibióticos y hormonas de crecimiento.
- Un plus. Compra solo productos locales y de temporada. Como recuerda Manuel Moñino, “es más respetuoso con el entorno consumir tomates normales locales que los de producción ecológica procedentes de Italia”.
Un paso más: mitad de carne, doble de pescado.
- Hace meses que tu frigo no le abre las puertas a otra carne que no sea la ecológica, y estás dispuesta a extender la marea verde al resto de tu alimentación. Aunque eso suponga gastar un poco más y desplazarte más allá de tu barrio.
- Dónde comprar. Localiza los supermercados, cooperativas o productores ecológicos próximos a tu casa y haz una visita semanal para surtir tu despensa (puedes informarte en el Comité de Agricultura Ecológica de tu comunidad).
- En tu cesta. Los alimentos que más consumes serán los primeros que tengas que encontrar en su versión orgánica. Incluye también en esta lista aquellas frutas, verduras y hortalizas en cuya piel se ha demostrado que permanecen restos de pesticidas incluso después de lavados (melocotones, manzanas, peras, lechugas...). No importa, sin embargo, que compres piñas, plátanos o aguacates no orgánicos.
- Un plus. Reduce a la mitad la carne que comes y sutitúyela por pescados ricos en omega 3 como el salmón salvaje y la trucha, evitando los de criadero.
Compromiso total: una vida 100% ecológica
- Si incorporas cada vez más verduras, legumbres y frutas a tu alimentación, tal vez decidas ser ovolactovegetariana (comiendo huevos y leche) o incluso vegana (tomando solo productos de origen no animal).
- Dónde comprar.Suscríbete a través de internet a una cooperativa de agricultura ecológica. Recibirás cada semana una caja de productos que van directamente de la huerta a tu mesa. En la mayoría no hay costes de envío, si tu compra supera una cantidad. Puedes comprar con algún vecino o amigo para aprovechar estas ofertas. Recibirás una caja con lo que haya dado la tierra esa semana: no se puede ser más “eco”, 100% fresco y 100% local.
- En tu cesta. Llegados a este punto de compromiso, en tu lista deberían primar los libros de cocina y las materias primas para elaborar tu propio pan, tu yogur, tu queso...
-Un plus. Ponte manos a la tierra: crea tu propio huerto o sácale partido a tu terraza (planetahuerto.es). Aprende a hacer pan, yogures o queso y a cultivar tus alimentos. Julio Arroyo, experto en agricultura biodinámica, te enseña (www.asoc-biodinamica.es y 699 165 189).
Productos naturales, sostenibles... y más
- La agricultura ecológica. No utiliza herbicidas, ni pesticidas químicos, ni abonos de síntesis. Los fertilizantes empleados son orgánicos y abono natural compostado. Se respeta el ciclo de crecimiento de animales y plantas, y está prohibido el uso de fármacos y hormonas para acelerarlo. Además del sello verde de garantía europeo, en España hay 17 logotipos (solo varía el nombre de la comunidad autónoma) para identificar los productos procedentes de explotaciones ecológicas.
- La agricultura biodinámica. Van un paso más allá. Según explica Julio Arroyo, presidente de la Asociación Biodinámica de España, “además de todas las garantías y requisitos naturales y sostenibles de la producción ecológica, la biodinámica también tiene en cuenta la relación de la tierra, los animales y las plantas con las fuerzas del cosmos, los ritmos solares, las mareas, los ciclos lunares...”. Los frutos de este tipo de explotaciones, que cumplen una normativa más estricta que la ecológica, llevan el aval Demeter.
Via mujerhoy.com
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