Hay mujeres que padecen de lesión medular que les impide la movilidad desde algún punto de su columna vertebral hacia abajo, pero que a pesar de todo se sobreponen y no resignan su deseo de ser madres.
Es que tener una lesión medular, no implica que sea imposible la maternidad, pero desde luego que estas mamás especiales deben tener algunas precauciones y cuidados médicos extra. Y dependiendo del sitio de la lesión medular – si es más alto o más bajo – es cómo serán sus dificultades para llevar adelante su gestación.
Cuando la lesión medular es alta, suele haber más problemas, pero estas mujeres no tienen dificultades en tener una vida sexual y en lograr un embarazo, aunque en algunos casos puede haber dificultades de ovulación y en este caso habrá que recurrir a una fertilización asistida.
Uno de los riesgos de estas mujeres es el de padecer con mayor frecuencia infecciones urinarias, que pueden producir contracciones que al no tener sensibilidad, pasan inadvertidas para estas embarazadas, y eventualmente podrían tener un parto prematuro. También, existen más tasas de anemia y problemas respiratorios en estas mujeres.
Es que los cambios habituales de cualquier mujer embarazada, como mayor frecuencia urinaria o los cambios a nivel del sistema circulatorio y respiratorio, puede tener en la mujer con lesión medular alguna consecuencia más importante que en otras mujeres que en general no viven estos síntomas más que como una molestia. Pero controles médicos minuciosos, pueden evitar no obstante complicaciones graves.
Otros problemas pueden darse por la circulación en las piernas, o también en las zonas de apoyo al estar sentadas, productos del sobrepeso que conlleva el embarazo.
Es habitual entre mamás con lesión medular que a partir de la semana 30 de embarazo se recomiende reposo hasta el final de la gestación, para evitar un nacimiento antes de término. En ocasiones, es necesario el ingreso hospitalario para un control más exhaustivo.
A la hora del nacimiento, no necesariamente está contraindicado el parto vaginal. Si la lesión es baja y existe fuerza abdominal, si no hay lesiones óseas en la pelvis o en otras zonas comprometidas, si el suelo pélvico está en condiciones, se puede intentar el parto. En otros casos, o cuando la lesión medular es más alta, se decide una cesárea. A pesar de la falta de sensibilidad, se suele indicar anestesia epidural para esta intervención.
Vía: subebe.com
0 comentarios:
Publicar un comentario