Para conservar la salud y el bienestar es necesario mantener un equilibrio hídrico entre el volumen de líquido ingerido y el excretado. En este sentido, la Dra. Riobó ha afirmado que "la mayor parte de nuestro organismo es agua, alrededor del 60%. Sin embargo, no existe un mecanismo eficiente de almacenamiento hídrico corporal, por lo que debemos realizar un aporte constante de líquidos para mantener los niveles estables".
Los expertos recomiendan, por norma general, que las mujeres ingieran unos dos litros diarios de líquidos. "Estas cantidades deberán ajustarse a las necesidades fisiológicas de cada edad, momento vital, las condiciones ambientales y la actividad física que se realice", ha añadido la experta. Por ejemplo, la European Food Safety Authority (EFSA) recomienda que las mujeres embarazadas y las mujeres en periodo de lactancia aumenten su ingesta de líquidos.
Los cambios que tienen lugar en el organismo durante el embarazo hacen que la mujer gestante necesite ingerir mayor cantidad de líquidos. Gracias a una buena hidratación, algunos de los síntomas que suceden durante esta etapa se alivian o no empeoran. Llevar a cabo una ingesta adecuada de líquidos permitirá ayudar a evitar el estreñimiento, eliminar las toxinas del cuerpo y disminuir los riesgos de infecciones urinarias.
En cuanto a la lactancia, según ha explicado la Dra. Riobó, "una buena hidratación es imprescindible en esta etapa, dada la elevada cantidad de líquido que se pierde con la leche y la necesidad de lograr una salud óptima en la madre, para la buena marcha del proceso y para que el niño reciba la cantidad adecuada de leche, con un contenido de líquido y nutrientes ajustado a sus necesidades".
Via webdelasalud.es
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